Oficios de nuestros antepasados


Apaseo el Alto se hizo municipio en 1947 y en 1948 comenzó su vida independiente y no toda la sociedad está consciente de ello, y en muchas ocasiones ni siquiera las autoridades municipales. A raíz de la emancipación, Apaseo el Alto se subió al camino del progreso, paulatinamente llegó la modernidad y casi todos los oficios de los habitantes comenzaron a dar un vuelco que no habían considerado como inminente.

¿Se imaginan un pueblo sin luz, sin agua, sin servicios médicos, sin servicio de telefonía, con pésimos caminos hacia Celaya, Jerécuaro o Querétaro?

¿Alguna vez se han preguntado cómo resolvían los habitantes de nuestro pueblo esas carencias de las que en la actualidad un solo día sin ellos parece el fin del mundo?

Ya nadie recuerda a los Carboneros; los Veleros fueron echados de la memoria histórica; nuestros Alfareros que alguna vez hicieron la totalidad de los “trastes” que usaban nuestras abuelas en sus cocinas ya prácticamente se extinguieron.

Aquellos Carpinteros que hacían los hermosos anaqueles para los tendejones como la “Norteñita” de Benjamín Arellano o “El Grano de Oro” de Odilón Ortiz o grandes abarroteras como “El Golfo de México” de Lino Álvarez, el “Danubio” de Luis G. Sánchez, el “Vesubio” de Vicente Mendoza Esteves, ya no hacen muebles que duren toda la vida, los hacen desechables y llenos de clavos en vez de usar cola de carpintero y barnices naturales.

Los Escopeteros que elaboraban hermosas y útiles arcabuces de chispa desaparecieron del mapa artesanal y los famosos Herreros que diseñaban y elaboraban arados para satisfacer las necesidades de cada campesino de nuestro pueblo y región, tuvieron que cerrar sus talleres por el arribo de la modernidad.

¿Dónde quedaron los molinos de Nixtamal? ¡Qué hermosa tradición se terminó con la llegada de máquinas que sustituyeron la prehispánica tradición de la cocción y molienda del maíz!

Por fortuna los Tahoneros o Panaderos siguen elaborando el riquísimo pan, algunos en los tradicionales hornos rudimentarios, otros se han modernizado un poco, y quizá ellos sigan prevaleciendo con su oficio durante años, décadas, hasta que los chinos nos manden su pan desde allá…

En éste espacio, se irán abordando cada uno de esos oficios de nuestros abuelos, con el ferviente deseo de que no echemos al olvido a todos aquellos hombres y mujeres que durante siglos, dibujaron hermosas acuarelas del Apaseo el Alto provinciano, tradicional y hermoso.

 

Este artículo se publicó originalmente en la edición 30 de La Clave, siendo una colaboración del historiador de Apaseo el Alto: Francisco Sauza Vega.

 

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