José del Valle


En la historia de nuestro municipio existe un personaje que con sus sugerencias y consejos ayudó a dar forma al edificio más conocido de Apaseo el Alto, el templo del Sagrado Corazón de Jesús, que se concluyó durante el periodo en el que Joaquín Soto Armenta dirigía la iglesia en éste poblado. José de Jesús Angulo y Navarro se convirtió  en el mentor del (en ese entonces presbítero) Joaquín Soto, el que le convenció de emprender esa obra arquitectónica tan impresionante.

José del Valle (1888-1966)

Su verdadero nombre era José de Jesús Angulo y Navarro.

Nació en la hacienda del Valle, en los Altos de Jalisco un 24 de junio de 1886; hijo de don Marciano Angulo y Ramona Navarro.

Inició sus estudios en Atotonilco destacándose por su excelente aprovechamiento y calificaciones, por lo que sus padres lo inscribieron en el Seminario de San Juan de los Lagos en donde terminó sus estudios de humanidades y el 18 de octubre de 1905 ingresó al Seminario Conciliar de Guadalajara en donde culminó sus estudios de Filosofía y Teología. El 19 de marzo de 1913 recibió la tonsura de manos del obispo de Guadalajara don Francisco Orozco Jiménez.

En 1914 construyó un oratorio  en la Estanzuela, su tierra natal, mismo que le sirvió para la enseñanza de la doctrina en pleno conflicto de la iglesia con el gobierno de Venustiano Carranza.

El 1º de noviembre de 1916 recibió las tres órdenes menores, el 5 recibió el subdiaconado, el 12 el diaconado y el 19 de noviembre fue ordenado sacerdote.

El 29 de noviembre de 1916 se le encomendó como vicario de Totatiche y profesor del seminario que ahí había. Desde ahí inició los trámites para que su pequeño pueblo se convirtiera en Vicaría Fija y a principios de 1917 fue nombrado capellán de la misma y El 26 de diciembre el Obispo de Guadalajara la convirtió en Vicaría Fija.

Como vicario en su pueblo se propuso construir un templo que fuera orgullo de su feligresía. Conseguido el permiso del obispo de Guadalajara, inició su proyecto, sin dinero pero con una enorme participación de la gente lograron culminar el templo parroquial. Además construyó los colegios; uno para niños y otro para niñas; caminos para rancherías, planta de luz y automóvil para el párroco.

En 1926, se inició lo(sic) que se llamó La Guerra Cristera y fue precisamente en su tierra natal en donde se congregaron los primeros cristeros y a él correspondió darles la bendición a los autodenominados Soldados de Cristo. Al padre Angulo y Navarro se le acusó de ser de los principales instigadores del conflicto, por lo que decidió cambiar de nombre para protegerse de la persecución, adoptando el nombre de José del Valle.

Por su seguridad personal, fue comisionado para ejercer su ministerio en Abasolo, Guanajuato, desde donde seguía acudiendo a firmar los libros de la Parroquia de san Francisco, su pueblo natal.

En 1928 seguía siendo director espiritual de su parroquia, pero entre 1929 y 1935 recorrió varios estados en su obra de evangelización y huyendo de la persecución, así estuvo en Mil Cumbres, Michoacán, Abasolo, Santo Tomás Huatzindeo, Salvatierra y Nuevo León. En 1936 estuvo en Tlalpujahua, Tlacotepec, San Francisco de los Reyes Y Santa María de Los Ángeles, Michoacán. Recorría las rancherías en un brioso caballo y quienes lo conocieron decían que era un auténtico charro mexicano.

En sus andares estuvo en Tlalpujahuilla entre 1936 y 1941, lugar en donde con el paso del tiempo construyó su mayor obra arquitectónica: El Santuario de la Virgen de San Juan de los Lagos.

Solicitado por unas catequistas de Apaseo el Alto, llego a este pueblo en donde estuvo la semana del 8 al 18 de julio de 1941, con el propósito de impartir las tradicionales Misiones. En ese corto lapso de tiempo convenció al presbítero Joaquín Soto Armenta para que reiniciara las obras del Templo del Sagrado Corazón de Jesús iniciadas en 1896 Y paralizadas tiempo después. A base de faenas, de participación decidida de la gente y con un liderazgo real, sería suficiente para culminar la magnífica obra de dimensiones colosales que se había proyectado, fue su consejo.

Tal fue el impacto de su presencia entre pobladores y vicario del pueblo, que las obras se reanudaron en 1941 hasta culminarse en 1953. En la actualidad esa obra arquitectónica es orgullo de los apaseoaltenses. Durante la construcción del templo, era visitado constantemente por el padre Soto para recibir asesoría y consejos arquitectónicos para aplicarlos a la obra.

El padre José del Valle fue nombrado VIII Obispo de Tabasco en donde se propuso construir la catedral con las torres más altas de la República. Una vez culminada su obra lo sorprendió la muerte el 18 de diciembre de 1966 a la edad de 78 años, sus restos descansan en Tlalpujahuilla, Michoacán. Como un homenaje en su honor, el pueblo de Apaseo el Alto dedicó una calle a su memoria. (SAUZA, 2007, p.73-74)

SAUZA, F. 2007, Boletín 30 del Archivo General del Estado de Guanajuato. México, Códice Reproducciones gráficas.

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